erruki-kutxak - arcas de misericordia
Erruki-Kutxak Araba eta hego Euskal Herriko hainbat tokitako errealitatea izan zen mendetan. Helburua, auzokide behartsuei laguntzea zen, jan edota erein ahal izateko. Hasieran garia bazen ere kutxek gordetzen zutena, garagarra, zekale eta beste lastodunak sartu ziren gero. XVI. mendean ipin daiteke Kutxen sorrera, formula erlijiosopean, eta XIX.ean askoz zibilagoak bilakatu ziren, euskal Aldundien aginduetara egokituz.
Uribarrin ere izan zen Kutxa, noski, eta gaurko ekarpen hau apaintzen duen ezkerreko argazkia oraintsukoa da. Bertan, herriko azken Kutxa osatzen zuten olak ikusten dira. Gordeta daude, eta ederto litzateke berriz Kutxa muntatuko balitz.
Las Arcas de Misericordia fueron una institución multisecular, que existió en cantidad de pueblos de Alava y del País Vasco. Surgidas en el siglo XV con un sentido religioso, en el XIX, al dictado de las Diputaciones vascas, pasan a un marco más civil. El objeto de ellas no era otro que el ayudar mediante grano a los vecinos más necesitados, bien como alimento directo o para sementera.
Anacleto izena, orman idatzita |
Ullibarri tuvo su Arca, y diría que sigue teniéndola, como se puede apreciar en la foto de arriba, reciente, que nos muestra las tablas que la componían, guardadas hoy en una dependencia del pueblo. Bueno sería que el Concejo tomara la decisión de volverla a montar, ya que valdría para ayudar a mantener la memoria histórica.
Lógicamente, las Arcas llevaban una administración, que permitía conocer al detalle las entradas y salidas de grano, que si bien en un principio contenían solamente trigo, más tarde pasaron a guardar y repartir también centeno, cebada y otras. En las paredes de la citada dependencia de Ullibarri existen apuntes sobre las personas que iban utilizando el Arca. Y existía un libro de cuentas, de las que he extraído las tres primeras páginas del que se abrió en 1849.
Según se desprende de la lectura de la primera hoja, el primer libro se perdió durante la primera carlistada. Y el objeto del Arca era claro: "Para la honrosa clase de los labradores menesterosos" Uno de ellos era Anacleto Maturana, cuyo nombre, además de en el primer apunte contable, aparece escrito en la pared del local en el que se guardan las tablas de lo que fue el Arca.
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